Hoy he podido compartir una agradable reunión previa a la preparación de un seminario de gestión del cambio para la universidad con Baldi Figueras. (www.baldifigueras.com) Le he pedido que libremente, me pueda ceder alguna reflexión para el blog. Me encuentro con este escrito y sin duda es la esencia de la complicidad en cualquier relación. Al leerlo, todos pensamos en alguien y se lo diríamos a la cara. Yo, al fin y al cabo, también soy "víctima" de la vida, así que lo tengo muy claro a quién se la dedico... NECESITO TU COMPLICIDAD No puedo engañarte, prometiéndote falsos paraísos, compro meti éndome a llenar tus días de alegrías. Pero sí me responsabilizo, a no envenen arte con mis momentos de ira, a no usarte con mi tristeza, como un pañuelo desechable, a no contagiarte mis miedos, a no atormentarte con el sufrimiento inútil, a no aplastarte con mi orgullo, y a no abrumarte con mi alegría. Pero para eso, necesito tu complicidad, porque