La gestión de la cronicidad es uno de los temas que más preocupan a las administraciones públicas. Ya que el gasto de atención especializada supone el 75% del total del gasto sanitario, en la atención a mayores de 65 años (cáncer, diabetes, enfermedades cardiacas y respiratorias)
Esta tendencia se prevé que siga creciendo, llegando en el 2025 con el 25% de población mayor de 65 años. La cronicidad esta relacionada con personas mayores, pero también se dan en edades tempranas, como es el caso de la Diabetes.
Actualmente hay 20 millones de personas en España que tienen alguna enfermedad crónica. Y muchos de ellos son los que más utilizan los servicios de urgencias por agudización de su enfermedad y el 80% de las consultas en atención primaria, tienen como causa las enfermedades crónicas.
El 42% de las altas médicas en hospitalización corresponden a mayores de 65 años, según datos del 2010 del Ministerio de Sanidad.
Esta situación no es sólo una preocupación de la sociedad española sino que es compartido a nivel internacional en que hay implicación de la OMS, en que el 2005 publicó un documento marco "Preventing Chronic Diseases, a vital investment" en que insta a todos los países a trabajar en nuevas estrategias en la atención integral de la cronicidad.
La Unión Europea ha realizado diversos encuentros de expertos con la aprobación de diferentes directrices para los países miembros. En que cabe destacar que el Consejo Europeo ve como eje principal y urgente en los sistemas de salud, la implementación de modelos asistenciales que hagan frente a esta nueva situación presente y futura.
En España cada Comunidad Autónoma tienen sus propios planes, en que definen las estrategias a seguir. Algunas con más éxitos que otras, pero en realidad, aún no se ha conseguido una buena gestión de la cronicidad, no por falta de interés sino más bien por la falta de coordinación de los servicios, en que hay una fragmentación del proceso asistencial.
Seria necesario crear procesos de atención a la cronicidad con servicios integrativos, en que haya una estrecha colaboración para que el objetivo sea la atención centrada al paciente.
Mayor protagonismo a las enfermeras en el seguimiento y la gestión de casos. Y el control de costes en los procedimientos.
Tenemos escasos los recursos y los profesionales. Ahora falta el buen gestor que sepa crear la fórmula perfecta.